PLAZA DE LOS FUEROS

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Plaza Mayor de la ciudad, conocida como Plaza Nueva o Plaza de los Fueros. Esta obra urbanística del siglo XVII, que cubre el río Queiles, se caracteriza por su regularidad, simplicidad y simetría. Destaca la Casa del Reloj en el lado suroeste.
Su origen fue ser plaza de toros, de ahí las tauromaquias que adornan parte de los azulejos de la plaza. El resto de cerámicas representan los pueblos de la merindad de Tudela y emblemas heráldicos de familias tudelanas ilustres.

La Plaza Nueva, corazón de Tudela, y centro neurálgico de las celebraciones en la ciudad, ha sido conocida a lo largo de su historia con diversos nombres, llamándose en sus inicios “Plaza de Toros”, por su originaria función hasta 1841, “Plaza Real”, durante la dominación francesa, “Plaza de la Constitución”, “de Fernando VII”, “de La República”, “Nueva” y, desde 1893, “Plaza de los Fueros”.

Fue construida entre 1687 y 1691 por los maestros de obras Juan de Lazcano, José Ezquerra y Domingo Ucazcal. Su creación viene dada por la necesidad de un espacio amplio en el que poder celebrar las corridas de toros y otros espectáculos cívico-religiosos de la ciudad. Supone la apertura de la ciudad medieval amurallada, dando paso a una ciudad más moderna. Para ello se necesitó cubrir el río Queiles mediante un “cañón” o arco de piedra que después se rellenaría de tierra sirviendo de suelo de la misma plaza, y se rompían la muralla y la puerta de Albazares.

El modelo sigue las trazas urbanísticas promovidas en España por los Austrias, de trazado regular y simétrico, presentando un espacio cuadrangular semicerrado, muy similar a la Plaza Mayor de Madrid o Valladolid.

El alzado se compone por cuatro cuerpos de vanos adintelados: el primero o planta baja tenía un pórtico cubierto arquitrabado, hoy desaparecido. En el segundo y tercero encontramos unos amplios balcones salientes corridos para la visualización de los espectáculos y en el cuarto balcones sin repisa. Todos ellos con balaustradas de hierro y policromados en rojo, hoy en día en color verde.

Se obligaba a que la construcción de los edificios de la plaza fueran todas las viviendas simétricas, solamente destaca la casa del Reloj.

Casa del reloj

En el centro del lado suroeste de la plaza destaca la “Casa del Reloj» o “de la Ciudad” utilizada en origen por los regidores para ver las corridas de toros, conocida por ello como el “Balcón de Toros”. Fue construida por el mismo Domingo Ucazcal y el maestro arquitecto y escultor Pedro Viñés al que se encargó la carpintería del inmueble. 

Es un paramento rectangular elevado en tres plantas: la inferior de piedra y con triple arco de ingreso, la planta primera presenta tres balcones con repisa y herraje, la segunda tres balcones sin repisa y, a modo de remate, una galería corrida de arcos de medio punto coronada por un alero de madera. Vemos dos escudos de la ciudad de Tudela, realizados por el maestro dorador Francisco Arregui.

La decoración de pintura neoclásica se fecha más adelante, en 1859, de la mano de los pintores José Base y Patricio Andrés.

En 1885 se decidió colocar un reloj dentro de un templete neoclásico en la parte más alta de la Casa de la Ciudad porque los que existían en la torre de la catedral y Ayuntamiento «eran muy poco exactos”, adquiriendo así su actual nomenclatura.

Cerámicas y blasones

En el segundo y tercer piso de la plaza encontramos cerámicas que se colocaron entre 1966 y 1971, con la representación de los emblemas heráldicos en piedra y cerámica de apellidos ilustres tudelanos y de los pueblos de la merindad, así como nueve cuadros cerámicos de temas taurinos basados en la “Tauromaquia de Goya” instalados en la fachada del antiguo Hospital. 

Tres de los emblemas heráldicos adosados a la Casa del Reloj pertenecen al siglo XVIII, obra de Anselmo Jiménez Blanco. El primero, de los Sesma Lahortiga, es barroco y presenta interior partido con águila sobre corazón con siete rodelas y árbol arrancado con jabalí. El segundo, rococó de la segunda mitad del XVIII, muestra las armas de los Marín. De la misma época es el tercero que expone las armas de Petriz de Cruzat Sarasa. Se agregaron también dos escudos de la ciudad con sendas tarjetas explicativas ejecutados por el maestro dorador Francisco Arregui. 

Quiosco

En el centro de la plaza en 1885 se instaló una fuente conocida como la de los “Angelotes” procedente de Londres formada por una bandeja circular en la parte baja, y con cuatro niños que portaban barriles de donde salía el agua y con dos bandejas en sus cabezas por las que se derramaba el agua en cascada. Fue sustituida por el actual quiosco en 1921, proyecto encargado a Nicasio Martínez y el herraje artístico al maestro cerrajero y herrero Santiago Marsellá. 

En 2004 el quiosco se renovó, modernizándose su estructura.

Es un espacio destinado fundamentalmente a la música, pues aquí se colocan gaiteros y la Banda Municipal durante las fiestas patronales y se toca la popular “Revoltosa” mientras las personas dan vueltas al son de la música a este quiosco. 

Iglesia de Santa María (Antiguo Hospital de Nuestra Señora de Gracia)

Las fachadas de la Iglesia y el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, fundados por D. Miguel de Eza y Veráiz en 1549, fueron remodeladas y se integraron en la plaza en uno de sus cuatro lienzos, dándole uniformidad al espacio urbano. Una modificación importante tuvo lugar en 1941 al incorporar unos porches en el piso inferior para conseguir mayor amplitud. 

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